El nivel de acidez de este tipo de bebidas daña el esmalte dental.
Un informe publicado en el número de mayo-junio de 2012 de la revista General Dentristry afirma que la ingesta excesiva de bebidas energéticas causa daños irreversibles en las dentaduras de adolescentes y jóvenes, los principales consumidores de este tipo de bebidas. El nivel de acidez altera el pH natural de la boca, erosionando el esmalte dental; una vez dañado el esmalte, la dentina interna comienza a deteriorarse rápidamente, siendo presa fácil de las bacterias que producen caries.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los niveles de acidez de 13 bebidas isotónicas diferentes. Los niveles de acidez variaban de forma significativa según marcas y sabores. A continuación, los científicos sumergieron muestras de esmalte dental en cada una de dichas bebidas durante 15 minutos, y a continuación las sumergieron en saliva artificial durante dos horas. Este proceso fue repetido cuatro veces al día durante cinco días para así reproducir el efecto de beber cuatro bebidas energéticas o isotónicas al día. Durante el resto del tiempo, las muestras de esmalte dental fueron conservadas en saliva artificial.
Fueron suficientes cinco días para que los daños fueran evidentes en el esmalte dental. Las bebidas energéticas causaban dos veces más daño que las bebidas isotónicas. Los autores de informe advierten que debería concienciarse a los padres del daño que causa en la placa dental un consumo excesivo de bebidas energéticas e isotónicas. Para minimizar el daño causado, los odontólogos aconsejan reducir su consumo, mascar chicle para activar la producción de saliva, o enjuagarse la boca con agua, para así recuperar el nivel de pH natural de la boca algo más rápido. Otra práctica aconsejable sería esperar al menos una hora a cepillarse los dientes tras haber consumido estas bebidas, para evitar “restregar” los ácidos directamente sobre la placa dental.
Fuente: medicina 21.
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